La esfera virtual ha comenzado a impregnar nuestra vida cotidiana con su estructura transparente y sin agentes, de la misma manera que el “arte locativo” marca la realidad en la novela “Spook country” de William Gibson, lo que llevó a uno de sus personajes a decir que el ciberespacio, la misma creación suya de algunos años atrás, se está virando patas arriba. [1] Tan rodeados como estamos de una espesa niebla de pensamientos e ideas emitidos por voces que son nodos en una misma red, surgen nuevas preguntas sobre cómo se construye el poder multicapa en el espacio digital.